READY MADE O EL ARTE ENCONTRADO
El término arte encontrado, objeto encontrado o
ya confeccionado, viene del idioma inglés found art o ready-made, este arte describe
el arte realizado con objetos uso de cotidianos que no se consideran artísticos,
porque normalmente no cumplen una
función artística, ya que no esconden su
origen, pero a menudo son modificados o
mezclados entre sí.
Marcel Duchamp fue uno de los pioneros de su
establecimiento a inicios del siglo XX.
El arte encontrado deriva su identidad como arte
del nombre que se le da por el artista.
El contexto en el que se ubica, generalmente
una galería o museo, es también un factor muy relevante. La idea de dignificar
objetos cotidianos de esta manera era originalmente un desafío chocante para la
distinción hasta entonces aceptada entre lo que se consideraba arte en oposición
a lo que no era arte.
El arte encontrado, sin embargo, tiene que
tener creación artística, al menos una idea sobre ello. Hay también en su mayor
parte una modificación del objeto, aunque no hasta el extremo de hacerlo
irreconocible. La modificación puede llevar a que se lo designe como objeto
encontrado “modificado”, “interpretado” o “adaptado”.
Wolf Vostell: ¿Por qué el proceso entre
Pilatos y Jesús duró sólo dos minutos?, 1996 obra realizada con objetos
encontrados en el Museo Vostell Malpartida, Malpartida de Cáceres.
Un Lincoln Continental y otros restos del paso
del Katrina por Nueva Orleáns se ha convertido en una obra de arte basura
temporal titulada Bushmobile, una referencia sarcástica al presidente George W.
Bush.
Como Marcel Duchamp antes que él, Damien Hirst
ha sugerido que una pintura puede ser considerado un objeto encontrado adaptado
(el objeto que se pinta) esto es, la historia del arte se basa toda ella en
objetos encontrados.
Hirst
expuso un tiburón conservado en formaldehído en un depósito de cristal y lo
llamó The Physical Impossibility of Death in the Mind of Someone Living (La
imposibilidad de la muerte en la mente de alguien vivo).
Ha llevado esta idea hasta los extremos al
presentar de la misma forma una vaca y un ternero cortados en secciones y en A
Thousand Years (Mil años) la cabeza podrida de una vaca, gusanos y moscas.
Tracey Emin expuso una tienda cubierta por
nombres aplicados; también fue polémica su exposición de My Bed en la Tate
Gallery, ganando el Premio Turner; esta exposición consistía literalmente en
una de sus camas, sin hacer y desordenada, con sábanas manchadas de sudor y
rodeada por objetos como sus zapatillas, ropa interior manchada con la regla y
botellas.
En este sentido el artista le da al público
tiempo y una puesta en escena que permite contemplar el objeto. La apreciación
del arte encontrado de esta manera puede suscitar una reflexión filosófica en
el observador.
Sarah Lucas amplió a tamaño gigantesco un
recorte morboso de la prensa tabloide; también expuso una colcha con dos
melones, un cubo y un pepino, representando los genitales masculinos y
femeninos.
El público en general y los periodistas han
rechazado este tipo de exposiciones, apoyadas sin embargo por museos públicos y
críticos de arte.
En su conferencia Dimbleby de 2000 titulada
Who's afraid of modern art (Quién teme al arte moderno), Sir Nicholas Serota
defendió semejantes manifestaciones de arte “difícil”, al tiempo que citaba la
oposición manifestada en titulares de prensa como el del Daily Mail “For 1,000
years art has been one of our great civilising forces. Today, pickled sheep and
soiled beds threaten to make barbarians of us all”.
Un rechazo más inesperado en 1999 vino de los
propios artistas, algunos de los cuales habían trabajado previamente con
objetos encontrados, quienes fundaron el grupo de stuckists y emitieron un
manifiesto denunciando tales obras en favor de un regreso a la pintura con la
afirmación de que “el arte ready-made es una polémica de materialism”.
BUKARTEZ - 2012